• Eduardo, ¿cómo comienza tu gusto por la música? ¿Cómo surge luego la oportunidad de trabajar profesionalmente como asistente?
– Desde chico tuve mucha información musical a través de mis primos mayores y de mi familia. Con amigos nos pasábamos el día escuchando Beatles, Deep Purple, Pink Floyd, Led Zeppelin. En mi casa había una importante colección de discos y me juntaba a zapar con compañeros del colegio secundario tocando cualquier instrumento. También fui disc-jockey, siempre tuve una gran inclinación musical y de hecho me molesta, casi te diría… el silencio, siempre trato que haya una música de fondo acompañando mis tareas.
En cuanto a cómo empiezo a trabajar de asistente, fue un tanto casual: En el 80 unos amigos que tenían una banda, habían conseguido poner sus equipos en el teatro Margarita Xirgu y a cambio les daban unas fechas para que ellos puedan tocar. Me fui a ayudarlos con sus equipos y realmente ahí me di cuenta que estaba haciendo algo que me gustaba, que era andar enredado con cables y equipos. Tiempo después un amigo me hizo entender que era un trabajo y que tenía que cobrar por eso, así que feliz de la vida empecé a dedicarme a esto, hasta que un día charlando con Miguel Abuelo (con quien nos encontrábamos ocasionalmente en el colectivo 93) le conté que estaba plomeando y me llamo para hacer un par de shows con Los Abuelos de la Nada, si bien después no seguí trabajando con ellos me dio la oportunidad de contactarme con managers y agencias artísticas donde fui haciendo mi camino.
• En 1982 comenzás a trabajar con Celeste Carballo, pasando luego a Zas con Miguel Mateos, y varios artistas de renombre en el Rock Argentino, ¿cómo llegás a Soda Stereo? ¿habías tenido contacto con algún integrante de la banda anteriormente?
– Nunca había tenido contacto con ninguno de los Soda, sí recuerdo a Charly Alberti en algunos shows de Zas en la época de la Esquina del Sol. La noche que compartieron escenario en Paladium, Virus, Soda y Zas, esa misma mañana sufrí un accidente automovilístico cuando volvía de hacer tres shows en una noche con Zas (estuve una semana en terapia intensiva y no sé cuánto tiempo más internado recuperándome), así que me lo perdí. En el 91 los Soda hacen un recambio de personal y piden referencias a la producción de Rock & Pop Internacional en donde yo estaba trabajando y que a su vez había realizado la producción de la Gira Animal. Necesitaban asistentes para Gustavo y Zeta, me presenté a una prueba técnica (yo ya venía afiladísimo como asistente de guitarristas) y quede como asistente de Gus con quien tuvimos buena química inmediatamente, y en menos de un año pase a ser también el Stage Manager de los Soda.
• ¿Qué diferencias hay para un Stage Manager en trabajar durante la grabación de un disco y salir de gira con el artista? ¿Cómo fue en ese sentido tu trabajo tanto con Soda como con Gustavo?
– Trabajar en grabación para mi es muchísimo más relajado que estar en gira, de todas maneras con Soda podía haber momentos en la grabación en los que a los tres se les ocurría pedirme cosas distintas al mismo tiempo y me quemaban el bocho los tres juntos a propósito (risas).
Les cuento algo, casi nadie escuchó que en el tema “En remolinos” después del último estribillo si modifican la ecualización se escucha a Gustavo diciendo “Barakus te vamos a dejar descansar esta noche”, pero fuera de eso lo demás era puro disfrute, poder compartir con ellos la creación de sus temas, buscar sonidos y hasta darme el lujo de opinar como salió una toma u otra.
Con Gus, tanto en Soda como en su etapa solista, siempre estaba testeando todos sus amplificadores, efectos y guitarras antes de entrar a grabar, luego le armaba un show room en la sala con todos sus equipos y me la pasaba cambiando cuerdas, afinando y anotando los efectos que le gustaban y que después seleccionábamos, específicamente un trabajo de guitar tech.
En cambio cuando está de gira tenés que salir con los conceptos claros de lo que pretende el artista para su show en vivo y presentarles el escenario, tal cual se craneó y eso adaptarlo a los muy disimiles escenarios que te tocan a lo largo de un tour, en donde hay muchísimos contratiempos y falencias a solucionar. En grabación lo que está mal se borra y listo, nadie se enteró. En vivo un error te puede prender fuego una carrera. Pero no cambio por nada la adrenalina de los shows en vivo y de las giras.
• En mas de 20 años junto a Gustavo, viviste etapas muy disímiles entre sí, tanto a nivel musical, como a nivel emocional. Un claro ejemplo es la despedida de Soda en 1997, y la vuelta del grupo 10 años después. ¿Cómo viviste a nivel personal ambos momentos? ¿Cómo fue el día en el que te enteraste que Soda Stereo volvía a los escenarios? ¿Te enteraste a través de Gustavo?
– En la despedida del 97 me cayó la ficha recién en el último show y con el último tema. En la previa, con la preparación de la gira y después con el andar de los shows, aunque veía a los fans llorando no me daba cuenta de lo que estaba pasando, para mí estábamos girando y había que estar concentrados en dar el mejor show, pero toda esa exigencia y adrenalina se convirtió en stress los días posteriores al Ultimo Concierto. Para lo que fue la vuelta de Soda ya había tenido varios rumores con muchísima anterioridad y de buenas fuentes y hasta había tenido conversaciones con Charly y Zeta al respecto, y obviamente que Gustavo también me tenia al tanto, así que fue un proceso de alegre espera, fue como estar en el altar esperando a que la novia diga “sí, quiero”.
• En mas de dos décadas de giras con Cerati y Soda Stereo, ¿cuál dirías que fue el show más complicado que tuviste a nivel laboral y por qué?
– Sin dudas diría que fue justamente el último show de Me Verás Volver en River. Estuve desde la mañana temprano trabajando con los transmisores inalámbricos de guitarras de Gustavo por que se le cortaba la transmisión de estos y no encontraba la forma de solucionarlo. La prueba de sonido fue una pesadilla y no recuerdo otro show en el que haya renegado tanto, cuando Gustavo se iba por las pasarelas que estaban frente a las pantallas yo lo seguía por detrás de estas apuntando con la antena receptora, una locura.
• Y si nos vamos hacia el otro lado, ¿qué presentación en vivo recordás más y por qué? ¿Realmente se puede disfrutar un show al tener que estar tan atento a cualquier detalle o problema que pueda surgir?
– El show de Soda en la 9 de Julio me sigue pareciendo increíble, la multitud que había al frente y que no te daba la vista para ver hasta donde llegaban, gente en los balcones, en los árboles, en las marquesinas y hasta tres cuadras de gente por detrás del escenario, fue único.
Digamos que se disfruta de otra manera, desde mi puesto de trabajo prácticamente no ves una puesta de luces por ejemplo, y quizás puedas tener algunos temas dentro del show en que te podes relajar, pero generalmente hay que estar bien atento al movimiento de los artistas, el disfrute pasa por ver la reacción de la gente y el andar del show por sus carriles normales.
• En el año 2007, Gustavo volvió a utilizar la famosa Jackson Soloist azul, ¿cómo surgió la idea de volver a tocar con esa guitarra luego de tanto tiempo? ¿Y cómo fue el proceso de reparación de la misma?
– Los ensayos de Soda ya habían comenzado y cada vez que hacían los temas de la primera época salía el comentario de los equipos que usaban por esos años, así fue que Gustavo creyó conveniente tocar algunos temas con la guitarra original, por lo que hubo que realizar un trabajo de rastreo para poder dar con ella. Cuando conseguimos localizar la guitarra, estaba en muy mal estado de conservación por lo que decidí desarmarla toda y comenzar de cero, tuve que pulir trastes, cambiar morsas y micro-afinadores y partes del circuito que estaban completamente oxidados.
Me llevó cerca de dos semanas tenerla a punto, a la guitarra ya la tenía re testeada, pero Gus se quejaba de que la afinación no se mantenía y me pidió que la llevara a un luthier cosa a la que no accedí porque estaba completamente seguro del trabajo que había hecho. Yo le daba brutos palancazos y la afinación no se movía, entonces empecé a prestarle mucha mas atención a la manera en que él la tocaba y así encontré el problema: por momentos él apoyaba la mano derecha sobre los microafinadores y la desafinaba. Paso siguiente me puse a buscar por internet algún tipo de protector pero no encontré nada, por lo que diseñé uno y lo mandé a hacer de un metal liviano que los cubre parcialmente para poder afinar y que no haya manera de moverlos involuntariamente, y así todos contentos.
• Muchos fans de Soda quedaron sorprendidos ante la actitud de Gustavo de romper una guitarra PRS tras el solo de Sueles Dejarme Solo en el último show de River, en Diciembre del 2007. ¿Cómo viviste vos ese momento, siendo que Gustavo no se caracteriza justamente por destruir sus instrumentos? ¿Estaba planeado de antemano?
– Un día en el ensayo me dijo que quería romper una guitarra en vivo y que iba a pedir una PRS para eso. Y así fue, nos mandaron una PRS Custom 24. En el primer show intentó romperla pero no lo logró, sólo alcanzó a romper un par de clavijas que luego reemplacé. Volvió a la carga un par de shows más sin lograrlo pero dañándola parcialmente y volví a repararla, acto seguido lo convencí que era un buen instrumento y que no valía la pena romperla, así que decidió maltratarla solo un poco, la arrastraba por el piso del escenario o la golpeaba contra los gabinetes Bogner, hasta que un día envistió con la guitarra uno de los Bogner que cayó y destrozo el shack y el plug del mismo. Al plug lo reemplacé por otro inmediatamente pero al shack tuve que ponerme a repararlo con soldadura incluída mientras él seguía tocando “Sueles Dejarme Solo” (creo que fue en uno de los shows de Perú). Cuando llegamos al último show de la gira se pidió otra PRS con la que se sacó las ganas de romperla y tirarla al público, aunque la cabeza de la guitarra voló para mi lado y conservo ese trofeo conmigo.
• Si nos vamos netamente al costado estadístico, ¿cuántas guitarras tiene Gustavo? ¿y cuántas son las que utiliza realmente para los procesos de grabación y las salidas de gira?
– Gustavo tiene más de cincuenta guitarras y para grabar le preparo aproximadamente el ochenta por ciento de sus violas, más las que le prestan. La sala se transforma en un verdadero “guitar center”, y utiliza o termina grabando con más del sesenta por ciento; en un mismo tema pueden haber más de cinco guitarras distintas, en grabación no hay límites para esto. Ahora en vivo sí poníamos limites de un máximo de cinco o seis guitarras que seleccionábamos meticulosamente con el transcurso de los ensayos, hay muchas guitarras que no pisaron el escenario debido a que sufren mucho los instrumentos estando de gira por lo que hay instrumentos que conviene preferentemente, mantenerlos en buen estado para grabar.
• Desde hace 20 años estás junto a Gustavo en todos sus proyectos. Mirando hacia atrás, ¿qué experiencia personal te llevás de todo eso?. Si tuvieras que describir a Gustavo en pocas palabras, ¿qué dirías?
– Mi experiencia con él es altamente positiva, me dio la oportunidad de desarrollarme profesionalmente a su lado, siempre fue un gran trabajador que no para hasta encontrar la meta que se propone, perfeccionista al punto extremo, podía estar todo un día trabajando con un loop de diez segundos, escuchándolo repetidamente un millón de veces y que con el correr de las horas yo me preguntaba muchas veces “¿a dónde quiere llegar con este sonido?” y cuando lo terminaba entendías todo.
• Trabajaste con grandes artistas como Miguel Mateos, Charly García, Juan Carlos Baglietto, Sui Generis, Juanse y Gustavo Cerati entre otros. ¿Qué diferencias y qué similitudes percibiste a la hora de trabajar con ellos? ¿Mantenés algún tipo de contacto con ellos todavía?
– Partiendo de que cada cual tiene un concepto distinto de enfocar su carrera y el momento por el que artísticamente estén pasando, muchas otras veces, la diferencia pasa por el presupuesto que estén dispuestos a invertir en sus shows; y la similitud la encontras en que todos (pero cada cual a su manera) intentan presentar su mejor concierto siempre. Después puedo asegurar que tanto Charly García como Gustavo Cerati son musicalmente diferentes y le sacan ventaja a todo el resto.
Tengo contacto con muchos de los artistas con los que trabajé y con los que en su gran mayoría he tenido una muy buena relación tanto profesional como personal, los compromisos hacen que tal vez pasen unos años sin verlos, pero siempre nos reencontramos gratamente en un festival, una fiesta o un cumpleaños. El año pasado, después de 22 años sin vernos, me convocó Miguel Mateos para celebrar los 25 años de Rockas Vivas en el Luna. Con otros músicos tengo una relación mucho más estrecha de compartir salidas o reuniones familiares.
• Siendo que hace mas de 30 años estás metido en la música como Asistente y Stage Manager, ¿nunca surgió en vos el interés de formar una banda?
– No, siempre cuento lo mismo y es que me gusta mucho el trabajo que hago, además no se música, aunque se tocar (mal) varios instrumentos pero con eso me alcanza para satisfacerme personalmente, si hasta me doy el lujo de zapar con grandes músicos. Una temporada con Fabi Cantilo, cuando ella terminaba su show nos quedábamos a zapar entre músicos y técnicos donde formamos “La Barakus Band”. Yo había inventado un personaje que caía muy simpático, a tal punto que una noche Fabi me ofreció de hacer el show de apertura al suyo y por supuesto que la rechacé porque no estaba dispuesto a arruinarle su carrera jajaja.
• ¿Cómo ves la actualidad musical del Rock Argentino en comparación a 20 o 30 años atrás? ¿Sentís que en cierto sentido está bajando la calidad con el correr de los años?
– Evidentemente no es el mejor momento del rock nacional, pero estoy convencido que el problema pasa pura y exclusivamente por la dirección de las compañías discográficas, creo que éstas están mal manejadas por gente de negocios sin formación musical, cuando tendrían que estar dirigidas por músicos o productores musicales. En cuanto a las bandas hay mayor cantidad dando vueltas en los circuitos Under que años atrás y hay de todo tipo (buenas y malas) pero los buscadores de talento no los frecuentan, hacen la siesta en el sillón de la discográfica o pasean por Miami.
• ¿Cómo viene a nivel personal este 2011? ¿Qué proyectos tenés en mente para el próximo año?
– Este fue un año irregular en lo laboral para mi, estuve 20 años acostumbrado a trabajar organizadamente de una manera y este año no lo pude lograr, lo de Gus me dejó muchos baches, aún habiendo tenido buena cantidad de trabajo tanto con Alejandro Lerner como con Luis A. Spinetta y con quienes me siento súper cómodo trabajando ya que dentro de sus filas tengo muy buenos amigos y compañeros de años. Además estos dos artistas me brindaron todo su apoyo de una manera impensada por mí, sin dejar de destacar lo mismo con otros músicos y bandas que me han abierto sus puertas .
Para este 2012 voy andar girando con los Illia Kuryaki, en donde tengo puesta toda mi energía y confianza de que van a tener un año exitoso.
• ¡Eduardo, muchísimas gracias por la buena onda!
– Les mando un gran abrazo y todo mi cariño a EnRemolinos y a toda la familia Sodera, que como dijo el poeta: ¡No para de crecer!
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