Desde 1999 al lado de Gustavo Cerati, Germán Sáez ha sido partícipe directo de emociones y vivencias que marcaron a varias generaciones. Tanto la carrera solista de Gustavo, como el regreso de Soda Stereo, fueron cubiertos por su cámara y su rol de webmaster. Aquí, en un mano a mano imperdible, repasamos dichos momentos.
• Muchos fans conocen a Germán Saez por Gustavo y su trabajo con él. Pero arranquemos por el principio, ¿cómo surgió tu interés por el trabajo que venís realizando ahora? ¿Cómo fueron aquellos primeros pasos en el diseño y programación web y la fotografía por ejemplo?
– La fotografía me gustó siempre, incluso antes de estudiar Diseño de Imagen y Sonido, que en ese entonces era una carrera enfocada puramente en dirección y producción de video y televisión, pero no estaba sacando demasiadas fotos. Era época de film, los 90s, así que con mi presupuesto de estudiante primero y de trabajos de oficina luego, tampoco tenía para mucho film y revelado. El diseño web llegó después que la fotografía y por pura curiosidad. Contraté Internet ni bien apareció en Argentina y quería saber cómo hacer para publicar contenido.
• Antes de comenzar a trabajar con Gustavo, ¿eras de escuchar su música? ¿conocías los trabajos de Soda?
– Eran mi banda favorita desde la adolescencia. Tenía posters de ellos en mi cuarto. Los empecé a escuchar en el 88, a mis 15 años y los ví en vivo por primera vez a principios de 1990, en Vélez, junto a Tears for Fears.
• En Junio de 1999 ve la luz el proyecto oficial de Cerati.com. ¿Cómo surge la posibilidad de que seas el webmaster del sitio y que crees que buscaba Gustavo con la decisión de meterse de lleno en el mundo virtual?
– Diego Sáenz venía trabajando con Gustavo, creo que desde cerca del Unplugged de Soda y al momento de comenzar su carrera solista, le propuso la idea de hacer un sitio y registró el dominio.
Se pusieron a ver sitios existentes y todos los que habían eran desde una óptica de fan y muy amateur. Yo en ese momento estaba aprendiendo HTML y cómo tenía mucho material de fotos y entrevistas (Amor Amarillo, colaboraciones, etc), decidí hacer un sitio serio y con buen diseño (para lo que se podía hacer entonces) sobre Gustavo. No Soda, que se acababa de separar. Sino de él y sus colaboraciones. Estaba en un host gratuito que se llamaba Xoom. A Gustavo le gustó mucho y un día volviendo de vacaciones a principios de 1999 encuentro un email de Diego proponiéndome “hacer el sitio oficial de Gustavo Cerati”. Los primeros días ni respondí porque pensé que sería una joda de alguno que visitaba el sitio.
Luego confirmé que era real y por unos meses empecé a bocetar lo que sería cerati.com hasta que se puso online la versión 0 el 1ro de Junio de 1999, unos días antes de que el disco salga a la venta. Cuando salió el disco, se publicó oficialmente la versión 1.0.
• ¿Qué recordás y cómo fue aquel primer encuentro ya como un integrante más de su staff?
– La única vez que había visto a Gustavo en persona antes de eso, fue una vez que le regalé en el Estudio Supersónico, durante la grabación de ‘Sueño Stereo’, una foto que le había sacado cuando estuvo como invitado en un show de Los 7 Delfines. Muchos años después, creo que en 2000, en su casa de Vicente López, una tarde que nos pusimos a buscar fotos en papel de su archivo para hacer la segunda versión de cerati.com, esa foto reapareció en una caja. Y le dije “no te vas a acordar, pero esa foto te la regalé yo hace muchos años”. Jamás imaginé que la había guardado. El primer encuentro a principios de 1999, ya como “miembro del staff”, fue en su casa de Vicente López, donde tenía el Estudio Submarino, con Bocanada ya casi terminado y si mal no recuerdo, se estaba por ir a grabar la orquesta para ‘Verbo Carne’ en Abbey Road.
• ¿Cómo surge tu gusto por la fotografía? ¿Desde un primer momento te interesó fotografiar presentaciones de artistas en vivo o surgió como una variante a tu trabajo en la web?
– La fotografía me gustó siempre y si bien había sacado algunas fotos en conciertos a los que había ido, nunca lo ví como algo a lo que dedicarme. Mi reencuentro con la fotografía fue a partir de comenzar a hacer fotos para el sitio en las giras de Gustavo. Antes de eso, había quedado un poco relegada. Si hoy en día soy “fotógrafo” es gracias a esa situación y a gente que me convenció que lo que hacía era bueno, cosa de lo que yo no estaba para nada convencido. Tanto incluso que mi rol de diseñador, por el que se me conocía en algún momento, quedó atrás.
• Al momento de estar fotografiando a un artista como Gustavo o Soda Stereo en vivo, ¿en qué aspectos prestás atención para lograr un trabajo correcto? ¿en cuánto influye la escenografía, las luces y la vestimenta del artista en el trabajo final?
– Esa buena puesta, las buenas luces, el cuidado estético en general, es lo que hay que respetar. Hacerlo lucir y en lo posible llevarlo más arriba aún. Artistas de ese nivel hacen que en un concierto uno se despegue de la realidad y entre en el mundo que están proponiendo en esas dos horas. Si tenés todo ese caudal de luz y no lo usas bien o los tomás de forma plana, sin gracia, sin transmitir esa música en una imagen, te convertís en un fotoreportero, que quizás va porque tiene que cubrir el show para un diario y no le interesa. Y un show de rock de esas características no precisa eso. Las fotos tienen que inmortalizar la magia que ocurre en ese momento, que es efímero e irrepetible.
Haber fotografiado durante 11 años a Gustavo y Soda fue el mejor aprendizaje que pude tener. No creo que haya fotografía más difícil que la de un show en vivo. Te da muchísima velocidad. Incluso hoy cuando hago retratos y moda, se sorprenden de lo rápido y expeditivo que soy. En un concierto las luces cambian todo el tiempo, con lo que tenés que cambiar los valores de la cámara constantemente, tenés que cambiar de lentes, sentir la música y saber en qué momento es más intensa, cuándo viene el palillo en el crash, intuir en qué momento puede venir un salto, un giro, una mirada cómplice entre ellos. Es agotador pero muy entretenido y además, un gran entrenamiento para cualquier otro tipo de fotografía donde las situaciones y la iluminación son mucho más controladas.
• En el año 2002, con la edición de ‘Siempre es Hoy’, surge el primer EPK oficial de Gustavo, estrenado en la web oficial. ¿Cómo surgió la idea de realizar un documental mostrando la grabación y mezcla de dicho disco? ¿Cómo fue para vos, como experiencia, poder estar metido de lleno en la dirección de dicho documental, siendo parte directa de la interna del grupo?
– En verdad, en estos días no recordaba que había hecho ese EPK, pero mi memoria últimamente es desastrosa. Tuve que mirar en el archivo para recordar que lo había hecho yo. Tenía muchísimo más presente el de ‘Ahí vamos’, que también edité con material que había grabado Santi Contreras durante algunos días, más otros días que había grabado yo, más las entrevistas que grabé después. Quizá porque ese desde el inicio estuvo la idea de hacerlo.
El de ‘Siempre es Hoy’ en cambio fue algo que se dió naturalmente. Había ido a grabar video en el estudio algunos días y eso sirvió para luego editar el EPK. No hubo una idea previa de armar algo con eso sino que surgió después.
De todos modos, viéndolos hoy no estoy nada conforme. Si bien la calidad de las cámaras que se usaron estaban lejos de ser ideales (a excepción de las entrevistas en ‘Ahí vamos’ donde usé una profesional, el resto se grabó con cámaras hogareñas) creo que hoy podrían verse mucho mejor.
Tengo pensado rehacerlos. No en cuanto a la edición, porque eso es lo que aprobó Gustavo y así tal cual quedarán, pero sí en cuanto a mejorar la calidad de imagen. Lo mismo con el video de ‘Artefacto’. Si bien no se puede hacer magia porque la fuente ya es definición standard y era el sensor de cámara hogareña, al menos la corrección de color hoy en día se puede hacer mucho mejor. Es algo que seguro haré durante el año.
• Siendo que registraste ensayos, grabaciones y presentaciones en vivo de Gustavo y de Soda ¿qué diferencias notorias dirías que existen entre los climas de cada una de esas etapas para alguien que debe registrar dichos momentos? ¿En qué ocasión te sentías mas cómodo y cómo repercute en el artista el saber que está siendo retratado de una u otra manera?
– Alguien tan profesional como Gustavo sabe que constantemente hay cámaras alrededor y no le molesta. Además yo soy bastante retraído, cuidadoso y odio ser invasivo. Mi personalidad no es la del monitorazo que está todo el tiempo encima. Yo estoy en un rincón, contemplando y sacando con tele y me acerco y cambio a normal o angular cuando veo que es el momento correcto. No hago lo que sea por una foto.
En la grabación hay que saber cuándo se puede entrar a la sala y saber que el click de la cámara ni se va a escuchar (por ej: baterías, guitarras eléctricas) o cuando hay que dispara solamente cuando no estén grabando (acústicas). Yo siempre tuve libertad de movimiento y nadie me decía no, entonces tenía que aprender a analizar las situaciones y saber en qué momento no jodía a nadie. Y ante la duda, siempre pregunté a Bara dentro de la sala y en el escenario o a los ingenieros en las grabaciones.
En ensayos, los instrumentos se disponen de forma en que todos se puedan ver, por lo que no es correcto plantarse en el medio de la sala. Sacás y te corrés al costado otra vez.
En vivo se han dado muchas situaciones donde Gustavo me ha visto y ha “posado” para la cámara o incluso Charly viéndome tirado atrás de la batería, sonreir y preguntar “¿Todo bien?”.
• ¿Cómo es tu relación con Cerati a nivel laboral? ¿Él marca algunas pautas de lo que busca en las fotografías y en el diseño del sitio o te permite total libertad para realizar tu trabajo?
– Siempre me dió libertad absoluta y su plena confianza. En cada versión de cerati.com, en las fotos de cada concierto, ensayo o grabación. Muy pocas veces me hizo hincapié en algo y eso fue suficiente para saber qué ángulo quizás no le gusta y por lo tanto no repetirlo. Así que luego en su carrera solista siempre publiqué libremente y él lo veía ya publicado. En la gira de Soda, a pesar de que mi función primaria era registrar todo en video, con las fotos, y sobre todo siendo que nunca había fotografiado a Charly y a Zeta, en los primeros shows las veía con ellos en camarines antes de publicar. Pero luego de esos primeros días, en el resto de la gira tenía libertad absoluta de los tres y publicaba mis fotos directamente sin necesidad de aprobación previa. Es un placer trabajar de esa forma.
• En el año 2007, y tras 8 años de tu trabajo junto a Gustavo, se confirma la vuelta de Soda Stereo. ¿Cómo viviste a modo personal aquella primera tarde viendo a Soda Stereo ensayar? ¿Cómo fue vivir desde adentro una gira de tal magnitud?
– Fue raro. Me costó caer en que estaba viendo de nuevo a Soda Stereo y encima antes que nadie, cuando faltaban meses para que se los vea en público juntos nuevamente.
La gira fue increíble y muy intensa. Ya había estado de gira con Gustavo, pero en esta situación eramos muchísimos más y en balance, fue una experiencia magnífica.
• Siendo que pudiste ser parte de algo tan personal para un artista como los ensayos, ¿cómo describirías en pocas palabras a cada uno de los Soda?
– A Gustavo ya lo conocía en situación de ensayo. No conocía a Charly y a Zeta y son tanto en ensayos como en otros momentos, como los intuía. Zeta es relajado, amable y siempre con esa sonrisa genial que tiene de buen tipo, que transmite que está todo bien. Te dan ganas de abrazarlo y decirle “no podés ser tan copado”. Charly es muy buena onda, meticuloso con sus cosas, muy profesional. Con él además estuve muchísimo en contacto durante toda la gira porque históricamente fue el encargado del sitio de Soda, que ahora estaba en mis manos, así que siempre estaba atento a lo que subía y quería saber cómo iba todo. Luego de la gira, como quedó encantado con mis fotos, incluso me ha convocado para hacer otras cosas, entre ellas fotos para su banda Mole y conferencias de R21. Lo aprecio mucho.
• Si tuvieras que elegir un sólo show que hayas presenciado de Gustavo o Soda, ¿cuál sería y por qué?
– Mientras estoy trabajando me cuesta mucho abstraerme y ver las cosas de afuera, como si fuese público. Sobre todo porque el tomar fotos requiere estar muy atento todo el tiempo y suelo ver el show de muchos lados distintos.
Arriba del escenario, tirado atrás de la batería, abajo o incluso en el medio del público. Si bien los disfruto, disfruto más los ensayos y las pruebas de sonido. La autopresión por registrar bien un ensayo es mucho menor que la de registrar un show. Es más privado y más relajado, ergo, hay más tiempo para pensar y vivir el momento.
La última prueba de sonido de Soda fue tremendamente emotiva para mí. Después de tantos años con Gustavo y toda la gira con ellos, fue en ese momento donde tomé conciencia de que había estado siendo responsable de la imagen del artista y la banda cuya foto tenía pegada en la carpeta de colegio en mi adolescencia y fue tremendo. Recordé que a pesar de que un par de veces por distintas circunstancias yo había decidido dejar de hacer cerati.com y que Gustavo al poco tiempo me volvía a convocar y que por eso yo seguía ahí y me pegó fuerte todo eso en esa prueba.
• Viéndolo a la distancia, ¿qué te aportó a nivel personal y laboral el hecho de trabajar para Gustavo y Soda Stereo? ¿Cambió tu vida en algún aspecto?
– A nivel personal, la sensación de sueño cumplido. Algo que jamás hubiese imaginado que me iba a pasar. Si a los 15 años me decían que iba a terminar trabajando con mi artista y banda favoritos y que a lo largo de tantos años me iban a seguir eligiendo, hubiese dicho “sí, claro, contame otro”.
A nivel profesional, reconocimiento de alguna gente y algo de prestigio. Pero igual el prestigio en Argentina sirve de muy poco. El trabajo de fotógrafo está muy bastardeado y muy poco respetado por los medios.
Sí me posibilitó trabajar con gente que admiraba de antes, como Richard Coleman o que fuí descubriendo en el camino, como los chicos de Altocamet, que les hice el sitio mucho tiempo. Trabajar con Gustavo y Soda, es hacerlo en lo más alto que se puede hacer en Argentina, entonces sólo queda expandirse hacia los costados. Arriba no hay más nada. Y hacia abajo no tiene sentido ir.
Por un tiempo por motivos estrictamente laborales, hice todo tipo de shows, pero no era lo mismo. No podía captar las cosas de la misma forma que con ellos y esas son fotos que jamás he publicado. Entonces por eso dejé de cubrir conciertos y me dediqué laboralmente a otro tipo de fotografía, que también me apasiona. Pero no soy un fotógrafo de rock. Ni me interesa serlo. En música de Argentina sólo puedo fotografiar a quienes respeto y me gusta lo que hacen, como Los 7 Delfines, Richard, Altocamet, Lean, Leo, Charly con Mole o Los Cadillacs por ej. Quizás también alguna banda nueva que aún no conozca, pero no el resto del rock barrial que predomina en los últimos años.
Si tengo que registrar un concierto que no siento, no puedo conectar y me siento extraño, un fotoreportero, que es algo que no me interesa ser y es justamente lo que un show no necesita.
• Gracias Germán por la entrevista y la buena onda!
– Gracias a ustedes.
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