Richard Coleman es uno de los instrumentistas más experimentados de Argentina, gracias a un recorrido que lo tuvo como fundador y líder de las bandas Fricción y Los 7 Delfines, y como colaborador de Charly García, Soda Stereo y Gustavo Cerati en sus dos últimas producciones, Ahí vamos (2006) y Fuerza natural (2009)
Por eso mismo, ante el complejo escenario que enfrenta la escena artística global, tiene un diagnóstico: “Yo hace años que estoy insistiendo porque veo como viene la cosa. A ver, para no situarme sólo en el rock, creo que en general la gente suele salir menos a consumir cultura. Desde hace varios años, no tiene que ver con la situación de la pandemia. Tiene que ver más con lo inmediato entre comillas del acceso a las redes, con la virtualidad en sí misma, el sentir que uno está participando o apoyando a un artista sólo con hacer un comentario positivo o un like en las redes sociales, yo creo que los dispositivos nos están alienando, lo noto, no lo juzgo, lo observo nada más”, dice.
El guitarrista explica que, en general, las personas han ido reemplazando experiencias como la música por el consumo gastronómico. “Yo sé que la gastronomía también es un hecho cultural, no me voy a poner a pelear con los cocineros, pero realmente que hay un montón de situaciones de consumo que han avasallado la cultura y con la situación de la pandemia, mucho más, mucho más”, señala.
“Hay algo que no se debe perder, es el hecho social que implica la ceremonia del público frente al artista, es una situación que viene desde el comienzo de la humanidad, la ceremonia con la música y estar todos juntos compartiendo algo que es más grande que la suma de todo, porque lo que pasa entre un artista y el público es el hecho artístico, no es una situación pasiva, como se puede llegar a entender que es el público mirando lo que hace el artista. No, lo que se está generando ahí tiene que ver con una interacción y un feedback, una regeneración de energía que no es posible si uno no está junto al otro en el mismo espacio y compartiendo esa energía”, es parte de su teoría.
Y en los últimos años, Coleman tampoco paró: fue parte de la banda de apoyo de la gira “Gracias Totales- Soda Stereo”, la primera instancia en que Zeta Bosio y Charly Alberti tocan en vivo juntos después del fallecimiento de Gustavo Cerati. La gira de conciertos tuvo que suspenderse por la pandemia y ya tiene algunas de sus fechas reprogramadas para el segundo semestre de este año. A comienzos de los 80, Soda Stereo invitó a Coleman para que fuese el segundo guitarrista de la banda, algo que aceptó. Al poco tiempo él se marchó del grupo en buenos términos con sus integrantes.
Cerati y él coincidieron más adelante en la banda Fricción. Durante décadas, ambos mantuvieron una amistad y una relación de mutua colaboración con distintos proyectos musicales.
“Era mi amigo, creo que no hay día en que no tenga un momento, un pequeño momento en que no piense o recuerde algo de él. Es una ausencia muy presente para mí, realmente. Y más allá, no te hablo de él como artista, te estoy hablando de mi amigo. Ya hace un montón de tiempo hemos perdido un faro artístico, toda Latinoamérica ha perdido un faro artístico, una guía, un ejemplo, una persona que sensiblemente y artísticamente ponía la vara a una buena altura para la excelencia y la calidad del arte de toda Latinoamérica. Todo lo que tiene que ver con el rock y el pop él quería que estuviera siempre al máximo de su calidad”, subraya Coleman.
“Y que se haya perdido eso es una lástima, es irrecuperable de alguna manera. Eso yo creo que tiene que ver también con que baje tanto la calidad del consumo artístico en Latinoamérica”, dice.
En esta línea, Coleman comparte su reflexión sobre la escena actual del rock en América Latina, particularmente cómo la percibe en Argentina.
“No te quiero mentir, no tengo una percepción real, no tengo tanta información. Sé que hay más cosas de las que flotan y confío de que haya más de lo que se escucha. Porque digamos, el indie que está haciendo su crossover, que está pasando a mainstream realmente a mí no me está aportando algo interesante, algo bueno. Me cuesta mucho encontrar por lo menos en la música de acá de mi país algo que me resulte estimulante”, explica el argentino.
“Sin embargo, yo pensaba que era una cosa generacional, vos sabés, justamente esta es una reflexión de hace unos días, así que la estoy compartiendo con vos por primera vez. Realmente el otro día me senté frente a la plataforma de música y empecé a investigar así con ganas de encontrar algo que me moviera un poco, que me resultara estimulante de todo el indie nacional, que es una movida muy importante, está llevando mucho público y bueno, enterarme un poco y embeberme de la calidad y del estilo, ¿no? Y me encontré bastante decepcionado al punto que pensé que ya estaba pasando por una brecha generacional y digo ‘será eso, será que ya me pasé a un lado en el cual lo que están haciendo estos chicos no me conmueve’. Y me quedé con esa duda e inmediatamente me puse a trabajar y a escuchar la música nueva que viene de otro lado, que viene de Europa, la música anglo. Y ahí realmente encontré cosas que me mueven la aguja, entonces no es una cuestión de generación, sino que hay una cuestión de calidad que a mí no me mueve lamentablemente”, reflexiona.
| Por: La Tercera |