• Si uno busca en el archivo, se encontrará con el dato exacto: el 11 de marzo de 1987 realizás la primera prueba con Soda Stereo para integrar la banda. ¿Cómo fue tu primer contacto con ellos? ¿Qué recordás de aquella primera prueba?
– Mi primer contacto fue gracias a Caíto Lorenzo. Él trabajaba en algunas cosas de imagen con Soda y me comentó de las audiciones. Me presentó a Zeta con el que charlamos mucho y de ahí, un par de meses después me probaron. Yo iba muy preparado a la prueba, me sabía todos los temas. Aunque nunca había sido seguidor de Soda, ni tenía un solo disco, sabía que era una opción importantísima y me preparé mucho. La prueba fue intensa. Tocamos como 15 temas, casi toda la lista del show que estaba haciendo Soda para esa época. Yo había conseguido todo el material disponible: discos y videos para sacar cada tema, escribir las partituras y programar los teclados para sonar lo mas parecido a Fabián posible. Y lo logré.
• ¿Qué sensación tuviste al entrar finalmente en Soda Stereo sabiendo que nunca tuvieron un invitado fijo?
– En realidad no creo que sea así. Ellos fueron un trío que nunca fue un trío… y el tecladista siempre era fijo. Sabia que Fabián había tenido algunos problemas y por eso lo estaban reemplazando. De todas formas creo que para mí fue mas fácil que para él. Yo sabía que era solo un empleado de la banda, él no. El vivió el crecimiento desde cero, yo agarré a la banda en la mejor etapa. Yo venía de un ambiente profesional, es decir, de tocar como músico de acompañamiento, sesiones , etc.
• Luego de trabajar con él y según tus conocimientos ¿qué es lo que podrías decir que Cerati busca en un tecladista?
– Bueno… los tiempos cambian. En aquella época yo le daba el piso para que Gustavo se moviese en libertad. Sus solos y acompañamientos ritmicos contaban con el fondo hiper-lleno de los teclados ochenteros.
Por otro lado, mi experiencia en programación fue la ideal para esa época de nacimiento tecnológico. No te olvides que fui el primer tecladista latinoamericano en usar una computadora en vivo. Hoy la infinita posibilidad de secuenciar y tocar sobre pistas hace mas fácil ese trabajo de fondos que en esos tiempos había que producir en vivo.
• ¿Cual era la directiva que te habían dado dentro de la banda? ¿Tenías libertad creativa, o siempre debías estructurarte en cierto sentido a lo que se venía haciendo?
– Jamás me dieron alguna directiva. Lo que estaba hecho por Fabián, lo reproduje. El resto salió de improvisaciones o arreglos algo mas escritos. Nunca recibí desaprobaciones o críticas sobre mi trabajo. Se me respeto enormemente y fui muy libre de opinar y contribuir.
• ¿Qué experiencias y lecciones a nivel personal y musical te dejó girar durante meses presentando Signos, en lo que luego sería lanzado como Ruido blanco? ¿Te cambió como persona en algún aspecto?
– Lógicamente… Si cumplir tus sueños no te cambia es que no te importaban tanto. El crecimiento fue innegable desde lo profesional. Ojo, Ruido blanco no es solo Signos…tiene mucho de los dos primeros discos también… como «Temblor» o «Sobredosis»…
• ¿Cuánto hay de mito, y cuánto hay de cierto, en que Ruido blanco tuvo que ser retocado en un gran porcentaje en Barbados por la mala calidad de las cintas? ¿Crees que se pudo haber perdido cierto toque mágico que la banda tenía realmente en vivo por entonces?
– No es cierto… ¡La mala calidad de la grabacion sigue ahí! (risas). El dato técnico es así: en vivo se grabó en 16 canales y luego se «subió» a 24 en México para incorporar alguna cosas, entre ellas teclados ya que por tener pocos canales no se grabaron completamente en los shows. Ese traspaso hizo que se perdiera «una generación» de audio (tecnología obsoleta hoy… pero así era). En Barbados se mezcló y se arreglaron detalles pero lo bueno y lo malo sigue intacto.
• ¿Cómo surgieron los primeros esbozos de lo que luego sería Doble vida tras girar durante un año y medio sin parar?
– Gus, protestando un poco, se encerró en su estudio y semanas después apareció con un cassette y nos dijo: «Acá está el disco». Y era Doble vida. Se agregaron detalles, arreglos y se modificaron cosas… pero básicamente todo estaba en ese cassette.
• Reflexionando sobre la experiencia Doble vida en Nueva York, ¿qué recuerdos tenés de haber vivido, ensayado y grabado un disco en el extranjero?
– Aprendí la estructura de produccion gringa… nada que ver con la nuestra. Ademas de conocer Nueva York, la mejor ciudad del mundo. La experiencia fue intensa, dura a veces, pero muy enriquecedora. Pero nada que no pudiese haber sucedido en Buenos Aires. Los equipos eran mas y mejores, la comida no (risas)
• ¿Fue Carlos Alomar tan determinante para el sonido que finalmente adquirió el disco Doble vida? Existe un mito de que se grabó una versión de «En la ciudad de la furia» en inglés, a pedido del propio Alomar, ¿qué tan cierto es esto?, ¿y cómo tomás que Soda Stereo justamente haya grabado un rap en inglés para «En el borde»?
– Yo no recuerdo una versión en inglés de «La ciudad de la furia»… no sé si existe, te juro. De toda formas, Doble vida refleja el amor de Gustavo por Nueva York de ese momento. Y Alomar calzó justo en esa tesitura. Hoy sé que Cerati reniega de ese disco. No sé, a mi me gusta muchísimo. Aunque Canción animal me gusta más (risas). Que hayan metido ese rap (que siempre me pareció medio trucho) fue un juego mas.
Recuerdo que en vivo lo cantaba Zeta y jodíamos con una versión en italiano… sin tomarlo para nada en serio. Hay mucho de glamour, sexo urbano y snobismo en ese disco. Bien de la época.
• ¿Por qué creerías que a Cerati no le gusta tanto el disco hoy, y afirma que escucha «demasiado New York» en él? Siendo que el sonido pudo ser re descubierto, muchos de los temas fueron interpretados durante la reunión de 2007 sonando totalmente actuales.
– Mirá, Gus es un artista. Y es horrible para los artistas/músicos el hecho de repetir tus obras. Ningún escritor escribe el mismo libro dos veces, ningún pintor repite un cuadro. Los músicos lidian con eso toda la vida. Gustavo, como artista real que es, lógicamente siente que ese material no lo representa hoy. Fue hecho hace mas de 20 años!! Ya es molesto seguir tocando la misma canción una y otra vez, ¿encima tiene que gustarte?
• ¿Por qué crees que fuiste el primer tecladista de la banda en compartir créditos de autoria en algunas canciones? ¿Crees que fue para evitar fricciones como había sucedido con Quintiero? ¿O fue por que esos temas se compusieron desde cero como banda?
– Desde cero no. Pero sí hubo mucha colaboración mía en ese disco. En los créditos originales del vinilo se menciona en cada tema: Arreglos: Soda Stereo y Daniel Sais. Igualmente entendamos esto: Yo no era la banda. A mí me contrató la banda. Y eso tenía que tenerlo muy claro si no quería sufrir. Bailar con la mujer de tu amigo es jodido. Podes hacerlo 3, 4, 10 veces… pero 10 años no. ¿Se entiende? Yo no podía enamorarme de Soda Stereo (lo que no me hubiese costado nada), y preferí mantenerlo en la forma profesional y nada más.
• ¿Que anécdota en particular recordás de la experiencia de estar viviendo en Nueva York para aquella grabación?
– Yo había decidido llevar a mi esposa de ese momento, a quien se ve en «Una parte de la euforia». Vivíamos en casa de un amigo quien se convirtió en un manager de alto vuelo años mas tarde: Tommy Cookman. Al llegar a Nueva York fuimos directo al hotel donde se hospedarían los Soda y nos largaron en medio de la ciudad, solitos ella y yo, recagados de miedo, con un alegre: «Bueno, chau, nos vemos mañana en el estudio.»
Ese viaje en taxi desde Columbus Circle hasta el South Sea Port lo recuerdo con terror hasta el día de hoy. Obvio que no pasó nada…pero no lo sabía en ese momento! Al llegar a la casa de Tommy, no estaba (ni estaría en ese mes y medio) y nos recibió la mamá, con mas miedo aun de ver a una emula sudaca de Madonna y un tipo con medio metro cúbico de pelo, borceguíes tipo Frankenstein y un sobretodo hasta los tobillos en julio y sus 35 grados de temperatura y pegajosidad neoyorquinos.
• ¿Cuál es tu balance de tu paso por la banda? ¿Tu alejamiento fue motivado por aspiraciones artísticas?
– El balance es trascendental, sino no estaríamos charlando hoy 23 años después, ¿no? En mí es, como digo muchas veces, una bendición y una cruz. Me ha dado muchas alegrías pero nunca pude librarme de ser «el ex tecladista de Soda». Acepto mi «condena» (risas), me alegra haber tenido la oportunidad de vivir esto y haber dejado mi pequeño legado a la música.
Mi alejamiento fue por múltiples razones: artísticas, personales, de salud… un poco de todo. Las mías, son mías… las artísticas se relacionan con lo difícil de ser invitado, de saber que estás pero no estás. Que no saldrás en las fotos, en los videos. Hubo conciertos en los que, al terminar, me preguntaban: «Hola… ¿vos sos amigo de los Soda?». Nadie me había visto tocar. Hubo shows donde le pedí por favor a Alfredo que me iluminara, no para que la gente me viera, sino para poder ver lo que estaba tocando. No todo fue bueno, pero la mayor parte sí.
No soy de esos tipos que nunca se arrepienten de lo que hacen, quizás debería haberme quedado un tiempo mas. Me hubiese gustado volver unos años después, eso sí. Pero no estoy disconforme con lo que me dio la vida a partir de ese momento. Mi historia es muy larga y aún falta mucho por hacer. He hecho cosas muy importantes para mí que, aunque no tan populares, me llenan de orgullo. Solo pongan «Daniel Sais» en Google… jaja.
• En 1997 Soda anuncia su separación definitiva y organiza la Gira El Último Concierto. Para el último show en River deciden invitarte a participar en el escenario, ¿cómo te llegó el ofrecimiento? ¿Habías tenido contacto con ellos anteriormente? ¿Qué sensación tuviste sabiendo que era la separación definitiva de Soda Stereo?
– La invitación me llegó de forma muy fría y escueta por un manager. No había tenido mayor contacto con ellos antes, salvo algun roce ocasional. Que se separaran no me extraño, sabía de las fricciones internas de la banda desde hacía tiempo y de la necesidad de Gustavo de incursionar en otra música donde sus compañeros no tenían cabida. Esa experiencia fue interesante, tensa, triste.
• Sin embargo volvés con Soda durante un solo show en Me Verás Volver… Luego de tocar como invitado en Ecuador junto a Soda Stereo en 2007, afirmaste que había sido uno de los momentos mas felices de tu vida en los últimos 20 años. ¿Cómo te llegó el ofrecimiento? ¿Realmente fue una experiencia tan grande?
– No fue tan grande, eso es lo que mas me gusta. Fue muy poco profesional. Fue de amigo, eso es lo que me conmueve. El ofrecimiento fue con dos palabras: «Dany, ¿Profugos?»… «Claro!», dije yo. Nada más. No hubo ensayo, ni prueba de sonido. Jamás me preguntaron si me acordaba del tema. Dieron por sentado el hecho que yo estaba a la altura, que no les arruinaría el tema.
Por otro lado, me impresionó la recepción del publico del Ecuador. 50.000 tipos coreando mi nombre me confirmó que estoy haciendo un excelente trabajo en este país. Me recibieron como un «pana», un amigo del barrio que ahora toca con Soda. La ovación ecuatoriana y la sincera amistad de la banda fueron dos regalos juntos que hacen de ese día un punto inolvidable de mi vida.
• ¿Y cómo describirías las diferencias entre aquel show de 1997 y este de 2007? ¿Notaste realmente un clima diferente entre uno y otro?
– La diferencia fue tremenda. En el 97 olía a final… y malo. El clima era tenso. En el 2007 fue mas grandioso todo (mas aún) pero feliz. Se los veía cansados, 10 años no es poca cosa, pero relajados y muy amables. Al menos es lo que percibí yo.
• ¿Cómo se siente un artista actualmente, sabiendo que ahora es mas fácil hacerse conocido que hace un par de décadas atrás? ¿Crees realmente que es así?
No, no creo. Es fácil salir a Internet y mostrarte. Pero también hay 100 millones de tipos que hacen lo mismo que vos y descubrir algo bueno se hace realmente dificil. Ser latinoamericano y triunfar es mucho mas difícil que antes. Las disqueras casi que desaparecieron y promocionar artistas sin plata es bien complicado. Por otro lado, sinceramente creo que el nivel musical mundial ha decaído de forma horrorosa. Aunque me estoy poniendo viejo con afirmaciones como esa jajaja.
• ¿Escuchaste el último disco de Gustavo? ¿Qué te pareció Fuerza natural?
– Escuché Fuerza natural el mismísimo día de su lanzamiento (la piratería tiene sus encantos y pude, en Ecuador, acceder al disco ese día) y me gustó. No es un disco para «volar cabezas». No creo que haya sido el objetivo. Es reflexivo, folk, tranqui, fino. Se nota la edad de Gustavo. Es jodido saber que tu público sigue teniendo, en buena parte la misma edad… ¡pero vos no! Digo: jodido que te entiendan…
La fanaticada es otra cosa. El fan cree que tu La mayor es mejor que el de Zamba de mi Esperanza… Yo hablo del público «no-fan» que es mas complejo, que no te perdona nada. Creo que a Gustavo no le preocupa mucho ese asunto, y lo admiro. Ahí vamos le devolvió un público que quizás vuelva a darle la espalda con este disco, ya veremos. Ahí Vamos es como un poco mas de Soda y Fuerza Natural no. A mí, con la misma edad que él, me pareció muy buen disco.
• Sabemos que seguís viviendo en Ecuador ¿Cuáles son tus proyectos para este 2010 desde ahí?
– Aquí tengo una empresa de producion musical y de sonido. Hago cine, publicidad, produzco bandas y solistas. Ademas sigo como director y docente universitario y estoy terminando mi tercer libro. Tengo a mi cargo el área técnica del teatro mas importante del país y estoy comenzando a producir contenidos para radio y tv. Como ves, no me quedo quieto nunca.
• ¡Muchas Gracias Daniel por tu predisposición para esta entrevista!
– Les dejo un abrazo enorme y mis deseos de éxito en este emprendimiento que mantiene viva la llama sodera. ¡Gracias por los recuerdos!
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