Sin la tradicional carpa, el Estadio Polideportivo Islas Malvinas recibió por primera vez en la historia marplatense el impactante despliegue físico y artístico del Cirque du Soleil con el espectáculo Sép7imo Día-No descansaré, un show que se conforma como una burbuja fuera del tiempo, un espectáculo que involucra al espectador desde el impacto sensorial y busca que experimente gracias al gran despliegue de producción.
La nostalgia y potencia de la música de Soda Stereo fluyen como una marea, marcando el pulso de las canciones más entrañables de la banda y abriéndole el juego -con un elenco de 36 artistas internacionales- al espectáculo que sumerge al público a través de un recorrido visual de cuadros acrobáticos de precisión en donde conviven la técnica y el virtuosismo con momentos de belleza estética; todo acompañado por el reino musical de Soda Stereo como una báscula circense a la exploración.
El espectáculo recibió la cálida bienvenida de los marplatenses que se mantuvieron expectantes y eufóricos durante los 98 minutos de función, tanto en el campo denominado zoom zone como en las plateas de un estadio colmado. Y la presentación reflejó, sin dudas, la euforia que Soda Stereo provocó en los años ’80 en América Latina y el mundo, y celebró así la profunda conexión de Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bosio con sus fans.
La audacia e irreverencia de los músicos de Soda Stereo continúan vigentes en este show del Cirque du Soleil donde las acrobacias y desplazamientos de los artistas en escena tienen la precisión de las partituras de los clásicos temas de la banda.
En un homenaje al triángulo invisible que Gustavo, Zeta y Charly formaban en el escenario y que nadie podía penetrar, los espectadores están simbólicamente invitados a través de un juego lumínico al círculo íntimo de Soda Stereo, al centro de la acción, cuando el triángulo sagrado se abre para recibir al público. Es allí que desde la penumbra del estadio -y cual mensaje digno de Stranger Things- los integrantes de Soda Stereo se manifiestan en un triángulo de luces que aumenta paulatinamente, alertando los sentidos para encontrar a un joven sediento de sentido y justicia social, que sueña con un mundo mejor, se siente atrapado y de hecho lo está en una jaula, en medio de la zoom zone.
Cuando este personaje, que lleva el hilo conductor de la historia, se conecta a la música de Soda Stereo, es transportado a un mundo interior donde se siente libre. La música de Soda se derrama sobre su mundo interno y crea una civilización entera que vibra al son de la música, de la poesía, de la cultura y de la iconografía del grupo. Estos seres representan lo que simboliza la música de Soda desde los vestuarios y a través del cuerpo.
Al igual que en los míticos recitales multitudinarios de Soda Stereo, famosos por la participación de los fans -quienes saltaban al unísono al ritmo de su música- Sép7imo Día ofrece además de las plateas convencionales, la denominada zoom zone -el campo- que no sólo ofrece entradas más económicas sino que permite que el público viva el show desde otra perspectiva donde se puede mover -guiado por los ángeles eléctricos-, disfrutar y bailar al ritmo de su música.
| Por: Alina Rodríguez – Quedigital.com.ar |