ENREMOLINOS

Gustavo Cerati se presentó en el Coliseo Cubierto del Campín de Bogotá, en Colombia

«Bogotá, como estamos de verdes» dijo el cantante argentino de 50 años, cuando vió que el público, en su mayoría, jugaba con tubos neón de ese color en el Coliseo El Campín la noche del 13 de mayo, cuando mostró su gira Fuerza natural. La última vez que el ex vocalista de la banda Soda Stéreo se refirió a un color predominante en una audiencia colombiana, fue en 2007 cuando tocó con esa agrupación en el Parque Simón Bolívar: ‘una marea azul’ dijo ese día de noviembre.

Pues bien, cerca de 6 mil espectadores pudieron ver a un Cerati vestido de negro, entero, un fenómeno del rock argentino al que no le pasan los años y que, por lo contrario, sorprende por su capacidad de renovarse en cada show, con cada disco. En esta ocasión, Fuerza natural, su última producción.

A las 8 en punto de la noche salió al escenario un hombre vestido con una chaqueta negra con encajes dorados y fue recibido por un público emocionado que desde hacía dos años no veía al ídolo bonaerense. Este abrió los brazos, saludó y comenzó con la canción que le da el nombre a la gira: «Fuerza natural». Siguió con varios temas de este, su último álbum. Un «recorrido natural», como él mismo dijo y que interrumpió con la canción «Perdonar es divino» del álbum Bocanada, y así le dio pasó a un repertorio de éxitos de otros discos como «Uno entre mil» del Ahí vamos, «Artefacto» del Siempre es hoy o «A merced» del Amor amarillo e incluso, «Trátame suavemente» de su antigua banda Soda Stereo, tema que jamás había interpretado en Bogotá.

En 2 horas, Gustavo Adrián Cerati, quien se presentó con una banda conformada por 5 músicos y una corista, interpretó 21 canciones. Alegó sentirse ahogado y afectado por la altura, pero eso no impidió que el artista mostrara su entusiasmo por estar en Bogotá. «Vamos a divertirnos después del show» dijo y levantaba un vaso de wisky que tenía al lado de la pedalera de efectos de sus múltiples guitarras.

Cerati fue ese, el ídolo que admiran, la inspiración de muchos y el músico que cada vez que visita a Bogotá se siente como en casa, lo transmite y logra la conexión de un público que lo quiere como propio.

| Por: Vive |

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Gustavo Cerati se presentó en el Coliseo Cubierto del Campín de Bogotá, en Colombia

«Bogotá, como estamos de verdes» dijo el cantante argentino de 50 años, cuando vió que el público, en su mayoría, jugaba con tubos neón de ese color en el Coliseo El Campín la noche del 13 de mayo, cuando mostró su gira Fuerza natural. La última vez que el ex vocalista de la banda Soda Stéreo se refirió a un color predominante en una audiencia colombiana, fue en 2007 cuando tocó con esa agrupación en el Parque Simón Bolívar: ‘una marea azul’ dijo ese día de noviembre.

Pues bien, cerca de 6 mil espectadores pudieron ver a un Cerati vestido de negro, entero, un fenómeno del rock argentino al que no le pasan los años y que, por lo contrario, sorprende por su capacidad de renovarse en cada show, con cada disco. En esta ocasión, Fuerza natural, su última producción.

A las 8 en punto de la noche salió al escenario un hombre vestido con una chaqueta negra con encajes dorados y fue recibido por un público emocionado que desde hacía dos años no veía al ídolo bonaerense. Este abrió los brazos, saludó y comenzó con la canción que le da el nombre a la gira: «Fuerza natural». Siguió con varios temas de este, su último álbum. Un «recorrido natural», como él mismo dijo y que interrumpió con la canción «Perdonar es divino» del álbum Bocanada, y así le dio pasó a un repertorio de éxitos de otros discos como «Uno entre mil» del Ahí vamos, «Artefacto» del Siempre es hoy o «A merced» del Amor amarillo e incluso, «Trátame suavemente» de su antigua banda Soda Stereo, tema que jamás había interpretado en Bogotá.

En 2 horas, Gustavo Adrián Cerati, quien se presentó con una banda conformada por 5 músicos y una corista, interpretó 21 canciones. Alegó sentirse ahogado y afectado por la altura, pero eso no impidió que el artista mostrara su entusiasmo por estar en Bogotá. «Vamos a divertirnos después del show» dijo y levantaba un vaso de wisky que tenía al lado de la pedalera de efectos de sus múltiples guitarras.

Cerati fue ese, el ídolo que admiran, la inspiración de muchos y el músico que cada vez que visita a Bogotá se siente como en casa, lo transmite y logra la conexión de un público que lo quiere como propio.

| Por: Vive |

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