Septiembre de 1994. En plena época menemista, Argentina vivía aquella burbuja económica que permitía, entre otras cosas, la visita constante de artistas consagrados a nivel mundial. De esa manera KISS llegó a Buenos Aires a presentarse en el primer Monsters of Rock junto a Slayer y a Black Sabbath, en un Estadio Monumental repleto.
Vale decirlo, la banda atravesaba un gran momento, revitalizado por el lanzamiento de Revenge en 1992, el disco que los tenía girando desde entonces.
Un par de días antes de aquella histórica presentación, en un hotel céntrico, se realizó una breve conferencia de prensa, donde Gene Simmons dejó entrever lo que había sucedido tiempo atrás, y se permitió una broma ante los medios presentes.
La pregunta fue concreta: Para la estética del show que venían brindando, ¿se basaban en Alice Cooper? ¿en los New York Dolls?. “La gente nos ha acusado de ser poco originales, que copiamos a muchas bandas americanas“, respondía Simmons. “Sin embargo a la única banda que robamos, es a Soda Stereo“.
Hubo aplausos, desconcierto, algunas risas. No se entendió si era una broma, un halago o una burla. Sin embargo no pasó desapercibido. Y todo tiene un porqué.
Retrotraigamos un poco el tiempo. Viajemos a Octubre de 1993. Soda Stereo se encontraba en un impasse. Gustavo Cerati viviendo en Chile estaba ultimando los detalles para lanzar Amor amarillo. Zeta Bosio, por su parte, se encontraba trabajando con Peligrosos Gorriones, y Charly Alberti estaba radicado en Buenos Aires.
Tras un par de faxes enviados a Triple Producciones, Paul Stanley y Gene Simmons dieron con el número de contacto de Gustavo Cerati.
“Gene Simmons me llamó a Chile“, contaría Gustavo. El histórico miembro de KISS se encontraba preparando Kiss my ass, el proyecto discográfico que reuniría a catorce artistas a lo largo del mundo, registrando covers de la banda a 20 años de su fundación. “Hablamos varias veces. Me dijo que eligiéramos un tema para grabarlo“. Si bien Soda Stereo era una banda consagrada a nivel continental, el interés de Simmons tenía que ver más que nada con el éxito en ventas que tenía el trío argentino. Y no más que eso.
“Yo le dije que sí“, confesaría Gustavo. “Le comenté que quería grabar I was made for lovin you por un sencillo motivo: era la única canción de la que realmente me acordaba, e iba a ser la más fácil de grabar“. Gene Simmons, ante la contrapropuesta, le respondió que no podía ser. Que ese tema, el clásico de KISS por excelencia, ya había sido grabado por otros dos grupos. “Quedamos en volver a comunicarnos para arreglar algo“, recordaría Cerati.
Sin embargo Gustavo no quedó convencido. “No tenía realmente tiempo para ponerme a escuchar todos los discos de KISS y elegir una canción“. Tampoco muchas ganas, cabe decirlo. “No íbamos a llegar nunca a grabar, ya que Charly, Zeta y yo, estábamos haciendo cosas diferentes“.
Simmons insistió en la presencia de Soda Stereo en aquel disco tributo, que ya tenía confirmada la participación de Lenny Kravitz y Stevie Wonder, entre otros. “Me llamó un par de veces más“. La primera, para avisarle a Gustavo que la grabación ya estaba terminada, pero que quería mantener contacto. La segunda, para proponerle participar de Kiss my ass II, un nuevo compilado de covers, que continuaría lo iniciado en 1994.
Finalmente quedó en una propuesta, y no más que eso. Sin embargo, y para los curiosos, en el libro interno de Kiss my ass aparece el agradecimiento a Soda Stereo. Una pequeña huella de un camino no transitado.
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