Lo más interesante después de ver un concierto de Gustavo Cerati, puede ser repetirlo, o resultar enrolado en un afterparty en el que él mismo ponga la música como un DJ, empujado por su fuerza natural. Y así sucedió la noche pasada. Aún no sabíamos que la corista también tocaba los platos.
A mitad del show, después de tocar “A merced” y mencionar unas guitarras que nunca se tocaron antes, como las de “Spinal Tap”, las palabras de Cerati no son comprendidas por la totalidad de la audiencia, y enseguida ejecuta el mejor dance set que se haya visto del clásico “Pulsar” con su banda en impecables vestidos blancos. Después vino “Te llevo para que me lleves” y la presencia en primera línea de Anita, la misma corista de largas piernas que los acompañó todo el concierto. “Demasiada testosterona esta noche”, decía Gustavo, quien un rato antes había anunciado con una guitarra doble en la mano, “siempre quise tocar una de estas”, abriendo las notas estimulantes del clásico de Soda Stereo “Trátame suavemente” y sumando, “estoy seguro que la cantamos aquí, en la Macarena” vimos a un superdotado de la guitarra eléctrica que le agregó más tarde “Rebel rebel” de Bowie a “La excepción”.
De la misma forma, unos cuantos fans del rock argentino se enteraron que de nuevo, estaba a la segunada guitarra el veterano Richard Coleman, quien cantó casi toda la versión de “Uno entre mil” evocando en vivo la nostalgia de su banda Fricción, contemporánea de Soda en los ochenta.
Un gran concierto, ejecutado desde el eje del nuevo disco Fuerza natural con una modesta asistencia para la cantidad de shows de una sola semana en Medellín. Puntual, sincronizado con buenas luces y un simple apoyo en imágenes.
Dos horas más tarde, el público se iba a casa y unos cuantos nos quedamos hablando y comparando shows, así que discretamente nos invitaron a pasar a la “Enfermería” de la Plaza y en el patio había un remate preparado con bufé y tragos por cuenta del DJ. Don Gustavo logró abrirse paso con su bella novia de la mano entre las cámaras fotográficas y los teléfonos de los selectos invitados para reventar un afterparty con INXS y tocar clásicos desde Tears For Fears hasta Michael Jackson y The Clash. Se alternaron entre él, Leandro y la bella Anita con remixes de sus propias canciones para entretener sin ninguna obligación a un grupo de amigos de los empresarios y de simpatizantes locales de Gustavo Cerati.
Ahí es en donde se puede medir la vocación de un músico y de un melómano, pues a pesar de haber tocado un concierto de dos horas previamente, le quedaban ganas de regalar un lago en el cielo y de tocar clásicos en una fiesta, por pura fuerza natural.
| Por: Medellín Colombia |